martes, 14 de mayo de 2013

El uso de las T.I.C. en la enseñanza de Economía.

Llevo unos días buscando información que explique por qué sería conveniente utilizar las T.I.C. en la enseñanza de Economía, en bachillerato. En principio, parece que está claro que como instrumentos de apoyo pueden aportar cosas interesantes. Por ejemplo, siempre se ha utilizado el televisor para la exposición de documentales. [No obstante, según indica wikipedia la televisión no puede considerarse una T.I.C.. Sí, en cambio, internet, a pesar de que el servicio que preste (este concreto de los documentales) sea el mismo que la televisión]

El caso es que después de una breve búsqueda he encontrado colgado un trabajo de fin de máster de la facultad de Educación en la U.I. de La Rioja. El título, precisamente, me interesa: "LA INTEGRACIÓN DE LAS TICS EN LA EDUCACIÓN Y SU APLICACIÓN EN EL AULA DE ECONOMÍA DE BAHCHILLERATO. DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN EN ESTUDIOS DE CASOS DE CENTROS EDUCATIVOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID". 

 A continuación comento muy brevemente algunas afirmaciones de la autora: 

 - La Economía se caracteriza por un permanente flujo de informaciones cotidianas relacionadas con ella, donde el libro de texto se queda rápidamente obsoleto, restando esto eficacia a la labor del docente. 

Desde luego, no se referirá a la obsolescencia de teorías económicas como el keynesianismo, o de definiciones de términos básicos como tasa de paro, P.I.B., etc.. Quizá se refiera a que hay datos que quedan obsoletos: por ejemplo, el valor de la tasa de paro. Ahora bien, en Economía los datos macroeconómicos tienen una actualización máxima de 1 mes (I.P.C.), pero generalmente de un periodo mucho mayor (un trimestre, en el caso del P.I.B. provisional y de la tasa de paro, o un año o más para el P.I.B. defintivo), por lo que tampoco creo que queden obsoletos tan rápido. Además, no creo que trabajar con datos desactualizados reste eficacia a la labor del docente. De hecho, hay datos que no se consigue acuatlizar desde hace más de cinco años, como los de distribución de la renta en España, porque el Ministerio no tiene información suficiente; y con todo el alumno puede entender perfectamente los problemas de la desigualdad y los instrumentos disponibles para corregirla. Dicho sea de paso, también podemos utilizar apuntes elaborados por nosotros mismos y entregarlos a los alumnos en la semana que empecemos a explicar cada tema. Eso permite (lo digo por experiencia) tener tan actualizados como sea posible los datos. Pero, insisto, no creo que la desactualización reste eficacia. 

 - El uso de las TICS en el aula permite tener un acceso inmediato y gratuito a información actualizada, haciendo que sean los alumnos los protagonistas en la construcción del conocimiento de la asignatura (Castaño y Macarro, 2012). 

Dudo de que un alumno puede ser "protagonista" de la construcción del conocimiento de la asignatura. Creo que el alumno debe comprender, razonar y relacionar lo que el profesor transmite, y ahí reside su protagonismo. Pero es difícil, sobre todo si la materia es compleja, que pueda crear él los conocimientos. Además, no veo que eso se consiga mejor en Economía con las T.I.C.. Hace falta un profesor que explique y entienda bien aquello que explica, así como cierto grado de madurez, de inteligencia y de disciplina en el alumno. Según mi experiencia, no puedo afirmar que el alumno puede buscar y comprender autónomamente el significado de distintas teorías o de algunos términos económicos si previamente el profesor no se los ha explicado. 

 - Las T.I.C. son fuente motivadora para los alumnos. 

¿Cómo sabemos que les motivan? ¿Qué T.I.C. les motivan? ¿Explicar con power point les motiva? ¿Buscar en internet información de Economía les motiva? Según mi experiencia, de nuevo, no. No les motiva, parece ser y según sus respuestas, porque no comprenden bien lo que están haciendo y porque deben dedicar mucho tiempo a la búsqueda de información. Supongo que habrá muchas más causas, y que, en algunos casos, también habrá motivación, pero no he encontrado que esto sea generalizado.

- El alumno está permanentemente predispuesto a interactuar con el ordenador, ya que es algo novedoso en el aula. 

Sinceramente, a mí me importa poco que el alumno esté dispuesto a interactuar con el ordenador. Sólo me interesa que aprenda. Y si la materia es fea, si el profesor explica mal o si el alumno está pensando en el partido del fin de semana, de nada me sirve que disfrute apretando botones o tocando la pantalla. Al final se trata de que debe comprender y estudiar, con o sin ordenador. 

- El profesor adopta nuevos roles: consultor y facilitador de información, facilitador de aprendizaje, diseñador de medios, diseñador de situaciones de aprendizaje, moderador, tutor virtual, evaluador continuo y asesor-orientador para guiar y mediar en el proceso de enseñanza aprendizaje. 

 Excepto la virtualidad de la tutoría, todo lo demás no aporta, creo, nada nuevo a nuestras funciones. 

- En Economía, señala la autora, hay conceptos complejos de difícil comprensión teórica para los alumnos, por lo que cada vez les cuesta más leer y entender los libros de texto en Economía de Bachillerato. El uso de las T.I.C. puede suponer un medio privilegiado para mejorar la comprensión de estos contenidos y comprender su aplicación práctica. 

No entiendo por qué (tampoco ese "cada vez más"). Quizá se refiera (lo digo porque otros profesores así me lo han sugerido) a usos de las T.I.C. como este del vídeo adjunto, sobre la ley de la oferta y la demanda: 
Este es uno de los conceptos que más les cuesta comprender. Según mi experiencia, se debe a que es un modelo y, por tanto, lo que se indica no existe en la realidad. Pero esto es así con o sin el uso de las T.I.C.. Haga los gráficos en PPT, ponga un vídeo de youtube o explique en la pizarra, la dificultad es la misma. Y la aplicación práctica también: casi nula (según hemos comprobado con la capacidad de los economistas para predecir la crisis). Creo que la dificultad conceptual es independiente de la forma de transmisión del conocimiento.

- Señala la autora también que "las editoriales están haciendo esfuerzos por adaptarse al nuevo entorno cambiando el formato de los libros y creando entornos digitales de trabajo ya que, la mayorí de los libros de economía se quedan obsoletos nada más salir de la imprenta." 

Otra vez: ¿obsolescencia de conocimientos? Eso es imposible para la inmensa mayoría de información vertida en el texto. Sólo los datos, insisto, que se actualizan muy rápidamente han quedado obsoletos. El profesor puede aportarlos, utilizando en su casa las T.I.C. o viendo la televisión y leyendo la prensa. Pero también, si queremos que haya más motivación -o eso parece-, puede buscarlos el alumno en su casa, aunque para eso el profesor habrá necesitado 3 o 4 clases para indicar cuáles son las fuentes de información y dónde, exactamente, se puede conseguir los datos. Poco después, cuando la información sea sobre otra área que no tenga relación con las consultadas, necesitará 1 o 2 clases más para volver a indicar la ruta (a mí, al menos, me ha pasado así)... No sé si merece la pena, porque con un dato u otro lo importante sigue siendo el contenido teórico y la posibilidad de trasladarlo al ámbito práctico.

Ahora bien, sí estoy de acuerdo en que las T.I.C. pueden facilitar la transmisión de información entre el alumno y el profesor y satisfacer parte de la curiosidad de los alumnos más inquietos:

- Pueden resolverse dudas por correo electrónico. 
- Pueden entregarse los temas y ejercicios por correo o utilizando una plataforma. 
- Es más sencillo que el alumno que tenga iniciativa busque información actualizada y más profunda.  

También pueden servir para que el alumno intente, ocasionalmente y con ayuda del profesor, buscar información estadística oficial. Digo ocasionalmente porque el temario sólo lo permite en algunos temas... si nos queda tiempo. Un aspecto, en fin, que se podría estudiar es el impacto ambiental de todas estas medidas: quizá el uso de las T.I.C. mejore la calidad del aire (hay menos tiza) y reduzca la contaminación en algún sentido (se usa menos el bolígrafo y, a veces, el papel), pero quizá la incremente por otro lado (electricidad).

En definitiva, no creo que las T.I.C. actuales vengan a resolver los problemas que tenemos en la enseñanza. No creo tampoco que renunciar a ellas como instrumento más frecuente suponga un problema, y, en cualquier caso, el argumento de "no estás a la última" (he llegado a escuchar en boca de algunos compañeros) me parece vacío. Ahora bien, como instrumentos complementarios que simplifican procesos de comunicación y permiten, cuando es posible y conveniente, abordar trabajos de búsqueda de información, resultan interesantes. 

P.D.: No sé si tan interesantes, por cierto, como para que la Consejería dote de pizarras digitales y ordenadores a algún grupo de los institutos de enseñanza secundaria en época de crisis y recortes y sin consultar con los profesores.

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